La planta de energía mareomotriz de mareas más grande en el mundo se encuentra en Corea del Sur, es la
central de Sihwa Lake, de 254MW de potencia y de reciente creación (2011). En la desembocadura del río Rance, en Francia está la central mareomotriz más grande de Europa, en funcionamiento desde 1967, con una potencia de 240MW y que alimenta las necesidades energéticas de 10.000 hogares de la región francesa de Bretaña.
Existen otras centrales mareomotrices como la de Annapolis Royal de 18MW
de potencia en el estado canadiense de Nueva Escocia, y
algunos proyectos están en fase de estudio como en la bahía de Fundy,
en Canadá, donde se dan hasta 21 metros de diferencia de marea,
pero debido a probables aumentos del nivel del mar (entre 0,20 a 1m)
que podrían causar inundaciones en las costas de Maine, los proyectos se
han descartado. También en el estuario del río Severn, en el Reino
Unido, se estudió un proyecto similar que fue finalmente rechazado.
El estudio de la energía mareomotriz en España
está vinculado con el Instituto de Hidráulica de la Universidad de
Cantabria que dispone de un gran Tanque de pruebas para investigación y
experimentación de ingeniería marina llamado el “Cantabrian Coastal and
Ocean Basin” de 44 metros de anchura y 30 de longitud y que puede
simular olas de hasta 20 metros y vientos de 150km/h. La energía mareomotriz está muy presente en el mundo desde hace décadas, en cambio su desarrollo en España es todavía primario. El origen de la energía mareomotriz se remonta al siglo XVIII
donde ya se utilizaba para triturar el grano como en el caso del molino
de Isla Cristina en Huelva, que se puede visitar y que forma parte del
parque Natural de las Marismas de Isla Cristina. Desde este momento y
hasta mediados del siglo XX la evolución de esta energía sostenible ha sido lenta pero constante.
Imágen de la central más grande en el mundo, situado en Corea del Sur (central de Sihwa Lake)
Curiosidades:
Tres cuartas
partes de la superficie terrestre está cubierta por mares y océanos que
constituyen un enorme depósito de energía renovable, limpia y no contaminante,
pero los grandes costes que suponen la instalación de centrales mareomotrices,
frenan la proliferación de su explotación energética.
En la superficie los vientos provocan las olas que pueden alcanzar hasta 12
metros de altura, 20 metros debajo de la superficie, las diferencias de temperatura engendran
corrientes; por último, tanto en la superficie como en el fondo, la conjugación
de las atracciones solar y lunar. Las mareas, son el movimiento de las aguas
del mar, producen una energía que se transforma en electricidad en las centrales
mareomotrices.Se aprovecha la energía liberada por el agua de mar en sus
movimientos de ascenso y descenso. Ésta es una de las nuevas formas de producir
energía eléctrica.
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